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Publicado el -, 31 de Marzo del 2024 La soledad, un problema de salud pública mundial

La soledad, un problema de salud pública mundial

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Salud

El pasado noviembre la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la soledad era un “problema de salud pública mundial”, con efectos nocivos para nuestra salud equiparables a fumar quince cigarrillos al día. En ese mismo comunicado, anunció la creación de una comisión internacional que, entre 2024 y 2026 trabajará en una agenda global para la conexión social.

Tendemos a visualizar el problema pensando en la juventud del norte rico, probablemente porque creemos que están en su habitación con la puerta cerrada y aislados (absortos) frente a una pantalla, pero afecta a todas las regiones del mundo por igual y no discrimina tramos de edad.

Hasta un 12,7% de adolescentes africanos (frente a un 5,3% de europeos) afirma sentir soledad, una cifra que los expertos, de manera unánime, consideran que no hace justicia a la magnitud del asunto. En adultos (el 28% de los hogares en España, alrededor de cinco millones y medio de personas, son de alguien que vive solo), se asocia con un 50% más de riesgo de desarrollar demencia y un 30% más de riesgo de sufrir enfermedad arterial coronaria o algún accidente cerebrovascular, entre otras dolencias. Por no hablar de los ancianos a los que nadie visita en las residencia y para los que ya se han empezado a desarrollar robots de compañía.

Podría hacer de este texto una dolorosa suma de datos, a cada cual más aterradora que la anterior, pero todos ellas nos llevan a lo mismo: ¿qué demonios ha pasado para que estando más conectados que nunca nos haya alcanzado la soledad? Al parecer (y esto ya lo sospechábamos) las redes sociales tienen un poco de culpa. Nos presentamos en ellas como si nuestras vidas fueran perfectas, con unas carreras profesionales dignas de un astronauta. Y luego, claro, la realidad no les hace justicia. En lugar de enfrentarnos a esa dualidad, preferimos evitarla cancelandola parte que más nos avergüenza.